Hace algo más de dos años,
conocí por casualidad a Elisa, en un taller para aprender a hacer corazones de crochet para una causa solidaria,para el día 8 de junio, día internacional de tejer en público. El caso era hacer corazones siguiendo un patrón, y después abandonarlos por la calle...así de esa manera cogí una aguja de ganchillo. No era la primera vez , pues en casa de mis abuelas, siempre hubo agujas y lanas...de mi abuela Amparo, guardo una manta muy especial que tegió con casi 80 años para mi primer hijo.
De ese día surgió un grupo, y empezamos a reunirnos todas las semanas... tuvimos que dejarlo por falta de conciliación, pero yo sigo enganchada a este pequeño vicio.